Por Javier Lewkowicz
A lo largo de la última década, las empresas chinas han jugado un rol fundamental en la expansión de infraestructura de energía limpia en Argentina, a través del financiamiento y de participación directa en grandes proyectos.
No obstante, los recientes cambios geopolíticos y económicos, como la actual alineación del gobierno argentino con Estados Unidos en detrimento de China, los significativos recortes al presupuesto de infraestructura pública argentina desde 2024, y las tensiones comerciales globales, plantean dudas si podrá mantenerse el impulso hasta ahora observado.
Ello se produce en medio de preocupaciones sobre el futuro de la energía renovable en Argentina, cuando se acerca la expiración del marco regulatorio vigente, que cubre el periodo 2015-2025. La ley 27.191 establece incentivos para que las fuentes renovables cubran el 16% de la demanda energética para finales de 2021, el 18% para finales de 2023 y el 20% para finales de 2025.
Según datos oficiales, la participación de renovables en el sector eléctrico alcanzó un 13% en 2021, creció a 14,3% en 2023 y registró un promedio de 17,2% en el primer cuatrimestre de 2025. De la energía renovable generada hasta la fecha, un 70% provino de energía eólica, seguido de energía solar con un 19%.
“Las inversiones chinas en energía renovable en Argentina han mostrado una evolución sostenida y una diversificación tanto en términos de tecnología como de geografía”, dijo Oriana Cherini, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en Relaciones Internacionales
“Las compañías como PowerChina y Envision han desarrollado proyectos de energía eólica y solar en varias provincias, en un marco de cooperación inicialmente promovido a nivel nacional y coordinado con instrumentos como la adhesión de Argentina a la Iniciativa de la Franja y la Ruta”, agregó.
El parque solar Caucharí, ubicado en la provincia de Jujuy, en el norte de Argentina, es uno de los proyectos solares más significativos. Cuenta con 312 megavatios de capacidad instalada, que debe ser ampliada a 500 megavatios. La planta fue financiada principalmente por el Banco de Exportación e Importación de China (China Exim Bank) y construida por PowerChina, Shanghai Electric Construction y Talesun. Otro proyecto notable es el parque solar Cafayate, en los Valles Calchaquíes, en el noroeste argentino, construido por PowerChina e inaugurado en 2019, con una capacidad de 97,6 megavatios.
China también tiene una presencia significativa en el sector eólico, a partir de cuatro parques eólicos con una capacidad instalada total de 355 megavatios en Loma Blanca, en la provincia sureña de Chubut. Estos proyectos fueron construidos por PowerChina y son operadas por la empresa china Goldwind, al igual que el parque eólico Miramar en el sur de la provincia de Buenos Aires, con una capacidad de 96 megavatios.
Factores en juego
Según Stella Maris Juste, doctora en Relaciones Internacionales e investigadora de CONICET, uno de los impedimentos para el desarrollo de nuevos proyectos es la disponibilidad de fondos de grandes instituciones chinas, como el China Exim Bank y el Banco de Desarrollo de China, “que normalmente financian inversiones en renovables” en Argentina, dijo.
Un reciente estudio del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, detalló que China colocó 472.000 millones de dólares en financiamiento público y garantías públicas para países de ingresos bajos y medios alrededor del mundo entre 2008 y 2024. No obstante, los niveles actuales de préstamos están muy por debajo de los registrados en 2015-2017. El préstamo total de dos instituciones a Latinoamérica y el Caribe promedió solo 1.300 millones de dólares por año entre 2019 y 2023.
Por otro lado, el reporte señala que la inversión extranjera directa (IED) de compañías chinas está en aumento: “La IED china se ha disparado tanto en términos absolutos como en relación al financiamiento de desarrollo. Este cambio podría reflejar una madurez en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mientras las empresas chinas ganan experiencia en el exterior y son capaces de asumir la gestión de proyectos”. La tendencia es evidente en otros destinos donde China invierte, como Indonesia.
Según Juste, los programas gubernamentales lanzados para estimular los renovables en Argentina, como RenovAR en 2016, que ahora no existe, facilitó la movilización de recursos en una etapa temprana. Sumado a ello está el factor geopolítico de tensiones en las relaciones: “Cuando los lazos políticos son fuertes, hay más sinergia en la cooperación financiera”, dijo Juste.
Juste y Cherini coinciden en la creciente importancia de los gobiernos subnacionales de Argentina para la inversión china, dado el alineamiento del presidente Javier Milei con Estados Unidos.
Hasta 2023, el gobierno nacional jugó un rol facilitador en las relaciones con China, favoreciendo acuerdos estratégicos. Este no es más el caso, ahora son las provincias las que toman la iniciativa. “A través de agendas subnacionales, varios de ellos están promoviendo enlaces directos, convirtiéndose en piezas clave de la cooperación energética”, dijo Cherini.
Perspectivas a futuro
Uno de los factores que impactan el panorama del sector de energías renovables es la caducidad a finales de este año de la ley de energías renovables de 2015.
Gustavo Castagnino, director de asuntos corporativos, regulatorios y de sostenibilidad en la compañía de energías renovables Genneia, dijo que se está impulsando una prórroga de la ley. Ello mantendría el objetivo de 20%, con un plazo de expiración aún por definir, además de conservar las garantías legales y fiscales para aquellos que invierten en el sector.
“La demanda energética se mantendrá estable en los próximos años, y la energía renovable es bastante competitiva hoy, así que esperamos que la penetración crezca fuerte de todos modos”, agregó Castagnino.
Camila Mercure, coordinadora de Política Climática de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), señala que aunque es poco probable que se alcancen los objetivos de este año, la ley fue una herramienta importante para el desarrollo del sector. “No extender la ley genera barreras y retos para la transición en nuestro país”, dijo. “Por encima de todo, ello crea incertidumbre sobre cómo será la política energética renovable en los siguientes años”.
Otro factor clave cuando se analiza el futuro del sector de energías renovables argentino es la falta de desarrollo de infraestructura para la transmisión de electricidad, necesario para soportar las fuentes como la eólica y la solar.
China ha realizado inversiones significativas en proyectos de transmisión en Brasil y Chile, mientras que en 2022, State Grid de China anunció sus planes para invertir 1.000 millones de dólares en mejoras de la red alrededor de Buenos Aires. Pero estas deficiencias de la red en Argentina ha limitado el crecimiento de oportunidades en años recientes.
En mayo, el gobierno presentó un plan para que el sector privado financie 16 proyectos prioritarios de transmisión.
“El sistema eléctrico necesita nuevas inversiones en generación, transmisión y distribución para asegurar más energía competitiva, es decir, a menores costos y un sistema más seguro”, dijo Castagnino.
En este sentido, Mercure dijo que la limitada infraestructura de transmisión eléctrica está haciendo más atractiva la generación distribuida, como paneles solares instalados en una casa o alimentando una microrred.
Argentina cuenta actualmente con solo 78 megavatios de capacidad instalada de generación distribuida, y aproximadamente 2.900 usuarios. Casi todos estos usuarios dependen de paneles solares, la mayoría de los cuales son importados de China. La primera fábrica argentina de paneles solares entrará en producción este año.
Estos desafíos sobre la transmisión de energía son una invitación a avanzar hacia esquemas de generación distribuida, precisamente porque ellos permiten acercar la generación a centros de consumo”, dijo Mercure.
Javier Lewkowicz es una periodista argentino que escribe sobre China y el medio ambiente. Escribe en Página/12. Este artículo fue originalmente publicado en Dialogue Earth bajo la licencia de Creative Commons BY NC ND.



