Estados Unidos busca negar a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas amenazantes o controlar activos estratégicos vitales en el Hemisferio Occidental, según la nueva Estrategia Nacional de Seguridad publicada este viernes por la administración Trump.
El documento describe esta política como el “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe, afirmando que Washington “negará a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales, en nuestro Hemisferio”.
La estrategia califica las incursiones de estos competidores en la región como “un gran error estratégico estadounidense de décadas recientes”, y promete revertirlas mediante diplomacia comercial, incentivos y presión para reducir influencias externas en instalaciones militares, puertos e infraestructura clave.
Medidas en el Hemisferio Occidental
Estados Unidos priorizará la diplomacia comercial, utilizando aranceles y acuerdos recíprocos, fortalecerá cadenas de suministro críticas para reducir dependencias y promoverá oportunidades para empresas estadounidenses, al tiempo que resiste regulaciones injustas y expropiaciones que las desfavorezcan.
La estrategia propone hacer contingentes las alianzas y la ayuda a la reducción de influencias adversas externas, demostrar los costos ocultos de la asistencia extranjera —como espionaje y trampas de deuda— y utilizar la influencia estadounidense en finanzas y tecnología para inducir a los países a rechazar dicha asistencia.
Relación con China en Asia y el Indo-Pacífico
Aunque China sigue identificada como el principal competidor, la estrategia marca un reajuste para priorizar el Hemisferio Occidental, reajustando la presencia militar global hacia amenazas urgentes en la región y alejándose de teatros de menor importancia relativa.
En Asia y el Indo-Pacífico, el documento enfatiza ganar la competencia económica, reequilibrar las relaciones comerciales con China hacia la reciprocidad y la equidad, y proteger la economía estadounidense de prácticas predatorias, subsidios estatales, robo de propiedad intelectual y amenazas a cadenas de suministro.
Washington buscará mantener la preeminencia económica y tecnológica como la forma más segura de disuadir conflictos a gran escala, fortalecer la disuasión militar en la Primera Cadena de Islas, prevenir la dominación del Mar del Sur de China y presionar a aliados para aumentar el gasto en defensa y capacidades de disuasión.
La estrategia destaca que el Indo-Pacífico representa casi la mitad del PIB mundial por paridad de poder adquisitivo y será un campo de batalla económico y geopolítico clave, donde Estados Unidos competirá mediante alianzas fortalecidas, innovación y poder económico combinado con aliados.



