El Senado de Estados Unidos confirmó formalmente la semana pasada al médico de Florida y declarado crítico de China, Peter Lamelas, como nuevo embajador en Argentina.
Durante su audiencia de confirmación en julio, Lamelas acusó a China de fomentar la corrupción en Argentina y promover una “influencia maligna” en toda América Latina.
“La influencia de China en Argentina y en todo el Cono Sur no es solo una preocupación económica; es una amenaza para la seguridad nacional”, declaró Lamelas, amigo cercano de Donald Trump, ante los senadores en julio.
Lamelas se une a un número creciente de nuevos enviados de Estados Unidos en América Latina, como el embajador Kevin Marino Cabrera en Panamá, quienes consideran la confrontación con la creciente presencia de China en la región como una prioridad clave.
Por su parte, el gobierno chino acusó a Lamelas de tener “prejuicios ideológicos y una mentalidad de Guerra Fría”.
¿Por qué es importante?
Ahora que Lamelas es oficialmente parte de la administración Trump, es probable que modere su retórica anti-China, que le fue muy útil durante su proceso de confirmación. Aunque ese tipo de discurso es bien recibido en el Capitolio, ya no es tan popular en el Departamento de Estado.
La Casa Blanca ha desmantelado gran parte de la infraestructura destinada a contrarrestar a China en el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional. Más importante aún, Trump ha silenciado prácticamente a todos los críticos de China que antes eran muy abiertos, incluido el secretario de Estado, Marco Rubio.





