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Plan arancelario de México a China se retrasa hasta diciembre por oposición empresarial y divisiones en Morena

La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum se reunió con su homólogo chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Imagen vía Xinhua

El plan de México para imponer aranceles elevados a importaciones chinas se retrasará al menos hasta diciembre por la oposición de grupos empresariales y divisiones internas en el partido gobernante Morena, según un reporte exclusivo de Bloomberg que cita fuentes legislativas y corporativas.

La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum había propuesto gravámenes de hasta el 50% a una amplia gama de productos de países sin acuerdos de libre comercio con México, incluidos automóviles, textiles, acero, electrónicos y plásticos.

Las medidas buscaban impulsar la producción nacional y atender preocupaciones de Estados Unidos sobre mercancías chinas que ingresan al mercado norteamericano a través de México.

El aplazamiento responde a un intenso cabildeo de cámaras empresariales mexicanas, que advierten que mayores aranceles elevarían costos para fabricantes, avivarían la inflación y alterarían cadenas de suministro.

Algunos legisladores de Morena también han expresado reservas, citando riesgos para la inversión china en el auge del nearshoring en México.

China instó en octubre a México a “cumplir estrictamente” las normas de la Organización Mundial del Comercio tras el inicio de múltiples investigaciones antidumping mexicanas contra productos chinos este año. Pekín dijo “oponerse firmemente a acciones proteccionistas” que perjudiquen los intereses legítimos de sus empresas.

México ha iniciado 11 investigaciones antidumping contra bienes chinos en 2025 —casi el doble que el año anterior—, incluyendo indagatorias sobre telas recubiertas de PVC, pernos de acero y vidrio flotado.

En respuesta, el Ministerio de Comercio de China anunció en septiembre una investigación sobre los aranceles propuestos por México, calificándolos como barreras al comercio que afectan a sus compañías. El proceso, que podría extenderse hasta nueve meses, evaluará el impacto en el comercio bilateral.

Sheinbaum ha negado que la iniciativa responda a presiones de Washington, insistiendo en que busca fortalecer la industria local. Sin embargo, el contexto geopolítico es evidente: el presidente estadounidense Donald Trump ha urgido repetidamente a aliados a elevar barreras contra China.

El retraso da al gobierno tiempo para negociar exclusiones sectoriales o una implementación gradual. Analistas advierten que una escalada podría desencadenar represalias chinas contra exportaciones mexicanas como aguacate o minerales.