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Medios chinos ven la victoria de Milei como un mayor acercamiento de Argentina a Estados Unidos y Wall Street

El presidente de Argentina, Javier Milei, saluda a sus seguidores al llegar a la sede del partido gobernante La Libertad Avanza tras los resultados de las elecciones legislativas de medio término en Buenos Aires, el 26 de octubre de 2025. Foto de LUIS ROBAYO / AFP

Observadores chinos interpretan el triunfo de Javier Milei no solo como una victoria interna de reformas libertarias, sino como una lucha que coloca a Argentina directamente bajo la sombra de Washington y Wall Street.

En un análisis publicado en The Paper.cn, Yuan Mengqi, investigadora asistente del Instituto de Estudios Internacionales y Regionales de la Universidad Tsinghua, afirmó que la victoria de medio término de Milei consolida el respaldo de Estados Unidos —especialmente de Donald Trump— y de Wall Street a su agenda de reformas.

Yuan señaló que Argentina probablemente fortalecerá sus lazos con Washington. Aunque su comercio masivo y cooperación financiera con China continuará, se espera que el país se alinee más con Estados Unidos, Europa e Israel en temas como seguridad, estándares tecnológicos y discurso diplomático.

Guillaume Long, exministro de Relaciones Exteriores de Ecuador e investigador del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), dijo a The Paper que el apoyo directo de Trump a Milei equivale a una injerencia extranjera en la política interna argentina.

Long lamentó que Argentina se esté convirtiendo en un país latinoamericano “más típico”, ya que la agenda económica de Milei la empuja hacia un modelo monoexportador dominado por materias primas, minerales y soja —sus principales exportaciones a Estados Unidos, China y Europa. En su opinión, la economía argentina está retrocediendo desde un sistema complejo y diversificado hacia uno cada vez más parecido al de Brasil, dependiente de commodities.

Mientras la economía argentina sigue inestable, el apoyo financiero preelectoral del gobierno de Trump llamó la atención. El 9 de octubre, el Tesoro de Estados Unidos anunció un movimiento histórico: compra directa de pesos argentinos y la firma de un acuerdo de swap de divisas por 20.000 millones de dólares con el banco central argentino, destinado a estabilizar el peso y la economía.

Yuan comentó que, aunque la ayuda fue menor de lo esperado por los mercados, tuvo un gran peso político:

Long enfatizó el profundo sentido de independencia y orgullo arraigado en Argentina, que según él Trump no logró entender. Aunque algunos votantes pudieron sentirse presionados a apoyar a Milei por miedo a que las cosas empeoraran, “cualquiera que conozca Argentina sabe que su pueblo tiene un fuerte sentido de dignidad nacional”, afirmó.

Yuan agregó que los debates sobre cómo manejar las relaciones con Estados Unidos siempre han existido en Argentina. Si los lazos se deterioran, incluso el bloque izquierdista criticaría al gobierno. Sin embargo, en general, la mayoría de los argentinos aún prefiere mantener relaciones cercanas con Estados Unidos, dado su rol como fuente clave de inversión extranjera y socio comercial importante.

En las redes sociales chinas, las políticas económicas de Milei y las elecciones han generado un intenso interés en los últimos meses, generalmente con un tono crítico.

Una cuenta de WeChat llamada “Argentina New Continent” (阿根廷新大陆) —centro clave de información para la comunidad china en Argentina— ha publicado una serie del escritor Wu Jun, que explica cómo Argentina ha sido capturada por los gigantes financieros de Wall Street.

Los ensayos de Wu recorren las crisis recurrentes de deuda de Argentina desde los años 70 —endeudarse, colapsar, luego ajustar el cinturón— como parte de un fenómeno global que él llama “financiarización nacional”.

Sostiene que instrumentos como bonos soberanos, canjes de deuda y derivados se han convertido en herramientas de jugadores financieros globales para moldear políticas nacionales. En Argentina, estas fuerzas aparecen a través de fondos de inversión, bancos internacionales y consultoras que determinan el acceso al crédito y la sostenibilidad fiscal.

Durante el gobierno del expresidente Mauricio Macri (2015–2019), la deuda pública de Argentina creció en más de 100.000 millones de dólares en cuatro años, un fenómeno que Wu atribuye no solo a déficits fiscales, sino también a la lógica estructural de los mercados financieros, que transfieren la carga del ajuste a la población y restringen la autonomía política.

Para Wu, la deuda no es solo una presión económica, sino un mecanismo de control político y social que obliga a los países a priorizar el pago de deudas sobre servicios públicos e inversión social.

¿Por qué es importante?

Para el público chino, el experimento económico argentino resuena en varios niveles. Refuerza la confianza en la resiliencia financiera propia de China, que está en gran medida aislada del dominio monetario occidental.

También agudiza la preocupación de que el mayor acercamiento de Buenos Aires a Washington pueda complicar los intereses comerciales e inversionistas de China en uno de sus principales socios agrícolas.