Las redes sociales chinas están alborotadas después de que agricultores zambianos presentaran una demanda de 80.000 millones de dólares contra Sino-Metals, una empresa minera de cobre de propiedad china acusada de causar un desastre ambiental tras el colapso de una presa de relaves a principios de este año.
Más allá del caso en sí, las discusiones en las plataformas chinas se centran en lo que muchos consideran un patrón recurrente de trato injusto hacia las empresas chinas en el extranjero.
Un comentario publicado en WeChat destaca la pobreza en Zambia —casi el 70% de la población lucha por satisfacer sus necesidades básicas— y argumenta que las empresas chinas a menudo son utilizadas como chivos expiatorios por los daños ambientales, aunque las comunidades locales también contribuyen a la degradación ecológica.
Debido a que se las percibe como ricas y cooperativas, las empresas chinas, según el autor, se convierten en blancos fáciles.
Otra publicación en redes sociales ofreció una interpretación geopolítica del asunto. Argumentó que las empresas occidentales alguna vez dominaron las minas africanas, pero tras la llegada de las empresas chinas, los medios occidentales comenzaron a difundir rumores y campañas de desprestigio.
La publicación sugiere que estas narrativas podrían estar siendo alimentadas deliberadamente entre bastidores para que, una vez que las empresas chinas sean expulsadas, los grupos occidentales puedan recuperar el control y las ganancias.
Ambos comentarios señalan que China no tiene una necesidad vital de estos proyectos. Uno destaca que la mina zambiana produce solo 5.700 toneladas de cobre al año, en comparación con las 900.000 toneladas de la producción interna de China. Otro señala que proveedores globales como Australia, Brasil o Chile siempre están disponibles si Pekín necesita cobre.
¿Por qué es importante?
Según la perspectiva que circula en las redes sociales chinas, estas inversiones externas no están motivadas principalmente por ganancias, sino que se presentan como una forma de ayuda: contribuir a mejorar la infraestructura, la agricultura y los estándares de vida de las comunidades locales.
Cuando surgen demandas, la interpretación dominante es que las fuerzas occidentales están manipulando el descontento para debilitar tanto a las empresas chinas como la cooperación más amplia entre China y el sur global.




