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Puertos, poder y política: la trastienda de la batalla por el acuerdo de CK Hutchison en Panamá

El logotipo de CK Hutchison aparece en una bandera frente al edificio Cheung Kong Center en Hong Kong, el 27 de marzo de 2025. (Foto de Peter PARKS / AFP)

Esta semana, un acuerdo de varios miles de millones de dólares estaba listo para transferir el control de unos 43 puertos en 23 países; sin embargo, ahora se encuentra en el centro de una creciente batalla geopolítica.

El acuerdo entre el conglomerado CK Hutchison, con sede en Hong Kong, y un consorcio liderado por Estados Unidos encabezado por la gigante de inversiones BlackRock incluía instalaciones clave como los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en las entradas del Pacífico y el Caribe del Canal de Panamá, respectivamente.

Ambos puertos han sido centrales en las críticas del presidente estadounidense Donald Trump hacia Panamá, sirviendo como material para su retórica incendiaria y su afirmación infundada de que China controla el Canal de Panamá.

El acuerdo —particularmente por la inclusión de los Puertos de Panamá— también ha desatado fuertes críticas tanto en Pekín como en Hong Kong, lo que ha puesto en duda el futuro de la transacción.

Funcionarios chinos han calificado abiertamente el acuerdo como una traición, argumentando que, de concretarse, debilitaría la influencia de China sobre rutas marítimas clave. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Guo Jiakun, lo describió como “coerción económica”.

Ante ello, el líder de Hong Kong, John Lee, declaró que “cualquier transacción debe cumplir con los requisitos legales y regulatorios” y que el asunto se resolvería “conforme a la ley”. Por su parte, Ta Kung Pao, un periódico hongkonés vinculado al Partido Comunista Chino, emitió declaraciones que refuerzan las preocupaciones sobre el acuerdo.

En conjunto, estas reacciones sugieren que Pekín está considerando seriamente el desenlace de la transacción y que podría tomar medidas para impedirla.

La ley de Hong Kong

Estos nuevos acontecimientos han reavivado el debate en torno a la aplicación de la ley de seguridad nacional en Hong Kong, la cual desató amplias protestas en 2019 y 2020.

Muchos consideraron dicha ley como una violación a la Declaración Conjunta Sino-Británica de 1984, un tratado vinculante que supuestamente garantizaba la autonomía de Hong Kong tras su traspaso a China en 1997 y que debía preservar el statu quo hasta 2047.

En este caso, los artículos 31 y 37 de la ley de seguridad nacional permiten su aplicación a las empresas. Aunque CK Hutchison está registrada en las Islas Caimán y su propietario, Li Kai-Shing, ha trasladado la mayoría de sus activos a Canadá, tanto China como Hong Kong aún conservan cierto margen de influencia.

Si esta estrategia de adquisición tiene éxito, otras empresas estadounidenses podrían intentar replicarla en otras áreas de interés en Panamá donde China está presente, como la mina de cobre en Donoso. Sin embargo, si el acuerdo fracasa, las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China podrían intensificarse, con Panamá como un campo de batalla clave.

Hay informes de conversaciones en curso para encontrar “una salida razonable” a la situación actual, acompañadas de una pausa en nuevas colaboraciones entre empresas estatales chinas y CK Hutchison.

Dada la amplia interpretación del principio de “salvaguardar la seguridad nacional” que guía la ley de seguridad nacional de Hong Kong, Pekín y Hong Kong podrían argumentar que el acuerdo CK Hutchison-BlackRock amenaza la seguridad nacional de China y justifica una intervención estatal para protegerla.

Derecho chino

Además, Ta Kung Pao pidió aplicar la Ley Antisanciones Extranjeras de China contra CK Hutchison, la cual permite a Pekín imponer contramedidas a entidades extranjeras que apliquen sanciones o perjudiquen los intereses de China, y ha abogado por medidas punitivas si el acuerdo avanza. El periódico también invocó la Ordenanza de Seguridad Nacional de Hong Kong, señalando así posibles desafíos legales.

En resumen, si China quiere impedir que el acuerdo se concrete, ciertamente cuenta con herramientas para hacerlo. No obstante, tales acciones respaldarían—al menos en parte— la afirmación del equipo de Trump de que China podría instrumentalizar la posición de CK Hutchison en Panamá para influir en las operaciones del Canal.

La intervención del gobierno chino para frenar la transacción con el objetivo de proteger su seguridad nacional e intereses también significaría el fin de la autonomía de Hong Kong, salvo en el nombre.

El 28 de marzo de 2025, el regulador de mercados de China, la Administración Estatal para la Regulación del Mercado, anunció que el acuerdo se encuentra ahora bajo revisión legal con el fin de proteger la competencia leal y salvaguardar el interés público, un proceso de escrutinio que ha pospuesto el cierre de la transacción.

Derecho panameño

Lo más importante es que las operaciones de CK Hutchison en los puertos de Balboa y Cristóbal conllevan riesgos adicionales. Más allá del acuerdo con BlackRock, ambos puertos están actualmente bajo auditoría de la Contraloría General de Panamá, y existe una decisión pendiente de la Corte Suprema de Justicia sobre la constitucionalidad de las concesiones. Esto significa que los problemas legales de CK Hutchison en Panamá podrían trasladarse a BlackRock y sus socios.

Mientras tanto, si China bloquea el acuerdo y los fallos legales y la auditoría en Panamá resultan adversos a CK Hutchison, la empresa podría quedarse sin puertos y sin ingresos.

En tal caso, probablemente seguiría un largo arbitraje entre CK Hutchison y Panamá, similar al que está en curso entre Isla Margarita, Landbridge Group y Panamá Colón Container Terminal.

En cualquier acuerdo, particularmente en uno de esta magnitud, el tiempo es esencial. Si el acuerdo avanza, CK Hutchison reduciría sus pérdidas frente a la presión geopolítica de Estados Unidos y su hegemonía en la región.

Además, si esta estrategia de adquisición resulta exitosa, otras empresas estadounidenses podrían intentar replicarla en otras áreas de interés en Panamá donde China está presente, como la mina de cobre en Donoso. Sin embargo, si el acuerdo fracasa, las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China podrían escalar, con Panamá como un campo de batalla clave.

Alonso E. Illueca es investigador no residente para América Latina y el Caribe